Características:
Una bebida símbolo de pureza, exclusividad y alcurnia.
Notas: de notas muy sutiles y elegantes, destaca sus matices florales y un toque muy ligero a miel que envuelve el paladar con mucha suavidad.
Origen: China.
Color: dorado brillante.
Preparación:
- Calentar agua a una temperatura de 75°C y 85°C (167°F y 185°F). La temperatura del agua es importante para resaltar lo sabores del té.
- Coloca una cucharadita de té blanco en la tetera o en el infusor. La cantidad de cucharaditas por taza dependerá del espesor y sabor que se desea.
- Verter el agua caliente sobre las hojas de té para que desprenda sus aromas y sabores.
- Dejar que el té blanco infusione de 2 a 5 minutos, esto dependerá de la preferencia de fuerza de la infusión.
- Transfiere el té a una taza a través de un colador para separar las hojas. Si utilizaste un infusor, simplemente retíralo. El té blanco puede disfrutarse solo o con un poco de azúcar o miel para endulzar, según tu gusto. Opciones como jengibre, limón y canela son elecciones populares para acompañar el té.
- Cuela, sirve y disfruta.
Ingredientes:
No contiene ningún otro ingrediente ya que, es un té puro.
Acompañamientos:
- Frutas secas y frescas: la frescura y dulzura de las frutas como peras, melones, uvas, fresas, arándanos y/o frambuesas, complementan la suavidad y las notas florales del té blanco sin dominar su sabor. Incluso, frutas secas como los dátiles e higos secos, equilibra el perfil delicado del té al tener una dulzura concentrada.
- Panes: los clásicos sándwiches ingleses para beber el té, como el sándwich de pepino. De hecho, un pan hecho a base de masa madre elevaría el sabor del té al tener un sabor más tostado y ligeramente ácido, haciendo un ligero contraste y agregándole un toque crocante.
- Postres ligeros: los panecillos o pasteles hechos de miel, al igual que bizcochos con un suave glaseado de limón, complementan el té sin competir con su perfil sutil. Las madeleines, por ejemplo, complementan a la perfección el té con su textura esponjosa y sabor delicado al ser un pequeño y sutil bizcocho francés con un toque de limón.
- Quesos: la textura cremosa y agradable del queso de cabra fresco, brie, camembert, ricotta y havarti, junto con sus sabores suaves y ligeramente mantecosos, crean una combinación equilibrada y no domina en su totalidad el sabor del té blanco.
- Galletas: las galletas de almendras, vainilla y mantequilla, fusionan la simplicidad y textura agradable con el té. Esto, ofrece una combinación armoniosa que no opaca el perfil sutil del té. Por otro lado, los macarons, como una elección más sofisticada y ligera, tienen rellenos cremosos y crujientes que se encuentran disponibles en diversos sabores como frutos rojos, frutas, nueces y más.
- Ensaladas: una ensalada de arúgula fresca con finas rodajas de pera, nueces tostadas y un ligero aderezo de miel y limón es el platillo ideal para el té blanco. Al ser un platillo de sabores no invasivos, permite degustar el té blanco a la perfección.
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